jueves, 6 de octubre de 2016

Adiós Mamá!

Qué se puede decir en un funeral cuando son vagos los recuerdos de esa persona. Madre no recuerdo tus caricias, ni tus mimos, ni tus besos. Me niego a creer que fueran pocos, me gusta pensar que fueron muchos. En mis recuerdos de infancia no te encuentro, nada dice mi mente, es como si alguien los borro por accidente.
Hoy a un mes de tu partida me imagino diciendo estas palabras en tu funeral. Te agradezco la vida que me diste, los cuidados de mis primeros días en la tierra. De todo corazón lamento tu partida. Me queda el recuerdo de tus llamadas, y de una visita. Aunque no fue mucho, fue sufiente para sanar heridas. Quedaron muchas preguntas sin respuestas, y la ilusión de un encuentro para reconocernos. Ya que no se dió nuestro encuentro en la tierra, solo me queda la esperanza de nuestro encuentro en el cielo.
Hoy que soy padre me puedo imaginar que no fue nada fácil para tí dejarme a tan tierna edad para buscar nuevos horizontes. Madre no te equivocaste, me dejaste en buenas manos; mi papá y mis hermanas y hermanos hicieron un gran trabajo conmigo. Hoy me siento parte de una gran familia. He vivido lo suficiente para entender que la vida es perfecta, que no existen las casualidades, que las cosas pasaron como tenían que pasar, que no podemos agregar ni quitar una coma a nuestra historia. Madre Dios te acoja en sus brazos misericordioso, oro por tí y te pido que ruegues por mi. Se que gané un ángel en el cielo.  Paz en tu tumba madre mía.

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